La cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra será historia más pronto que tarde, aunque aún se desconoce la fecha exacta de su cierre. La intención de Instituciones Penitencias es convertirla en un centro psiquiátrico para reclusos, tanto hombres como mujeres, en el plazo de un año aproximadamente. La prisión tiene 95 internas, a las que atienden un total de 116 funcionarios, aunque por turnos —hay dos diarios— no hay más de una docena para cubrir todos los servicios, en el mejor de los casos, ya que hay que contabilizar al personal de oficina, tratamiento, altos mandos y al personal que se encuentra de descanso o de baja.
La prisión de Sevilla I será la que acoja a algunas internas procedentes de la cárcel de mujeres de Alcalá, que adaptará uno de sus módulos para este fin, concretamente el que ocupa en estos momentos el psiquiátrico. Hace unas semanas, el pasado mes de octubre, ya se desmanteló la unidad de madres de la prisión alcalaína, en el que fue el primer indicio que tuvieron los trabajadores de su cierre, así como la no renovación de la dirección del centro, descabezado desde verano. Las 20 presas con hijos menores de tres años que estaban en Alcalá pasarán al espacio que hay junto al Centro de Inserción Social (CIS) situado junto a Sevilla I.
Andalucía se queda así sin el único centro penitenciario con unidad de madres que hay en toda la mitad Sur de la Península. La cárcel de mujeres de Alcalá, inaugurada en 1992, tiene tres módulos y capacidad para 230 internas —ahora mismo cumplen condena 95, a las que atienden diez funcionarios por turno—, fue la primera del país en instaurar un módulo de madres, para aquellas reclusas con hijos pequeños, que fue clausurado hace semanas.
Ahora serán trasladadas a Sevilla I, en el mejor de los casos, o a otras cárceles de mujeres, como las de Ávila o Acaliente, una circunstancia que critican asociaciones como Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM). “Hay unas 3.500 mujeres cumpliendo condena en España, y casi no hay centros penitenciarios para ellas, sufriendo un desarraigo terrible, pues las mandan a dónde hay sitio y se les puede meter, normalmente ocupan un módulo en un centro de hombres, donde el funcionamiento del centro va dirigido a hombres”, reseñan.
“Sólo hay un centro de mujeres en el norte, en Ávila, y otro en el Sur, en Alcalá de Guadaíra”, recuerda la organización, “que bajo un Gobierno que predica velar por las necesidades de las mujeres van a cerrar”. “Ha sido tremendo trasladar a estas mujeres”, cuentan desde TAMPM, “a algunas se les has concedido el 100.2 —que permite trabajar fuera de la cárcel—, estando en segundo grado, lo que significa que se les ha mandado a la unidad de madres de tercer grado del CIS de Sevilla cuando obviamente no estaban preparadas para ello. A otra se le ha retirado la menor para poder mandarla cerca de su casa. Las preventivas, que no están clasificadas, no tienen opciones: la unidad de madres de régimen ordinario mas cercana está en Alicante”.
22 de Noviembre 2020